Después de un mes intenso (con altibajos) de orden y por sobre todo de tirar/donar muchas cosas, había visto muchos videos y notas sobre el método KonMari (de Marie Kondo) así como escuchado el audio libro incansables veces, tanto en inglés como en español. En el medio aparecían videos sobre minimalismo, así empecé a familiarizarme con el término. Antes, creo que como muchas personas, pensaba que minimalismo era una casa blanca con muebles blancos y una planta básicamente, es decir, entendía por minimalismo una estética o arquitectura minimalista simplemente.
Me di cuenta de que no era así, como todo, hay tantos tipos de minimalismos como personas, algunos eligen vivir una vida nómade, otros lo miden por la cantidad de pertenencias, pero no todos son personas que viven solas, otros tienen muchos hijos y lo viven diferente, pero minimalismo a su manera. No se trata de privarse de cosas, sino de tener sólo lo que n cosas rápido y mucho más. Quien tiene un hobby, no tiene que deshacerse de esos hace felices o nos es útil y como consecuencia esos objetos podemos cuidarlos mucho mejor, así como ahorrar, dedicar menos tiempo a limpiar y ordenar, encontrar los objetos fácilmente, claridad mental y hasta otro aire.
Vi el documental “The Minimalists” y una frase de una socióloga me impactó mucho, decía algo así como “somos materialistas en el sentido vago de la palabra, pero estrictamente no somos materialistas, lo material no nos importa”, lo cual me pareció bastante raro pero real, hoy en día ropa o celulares se compran y son descartados en menos de un año muchas veces, o con muy pocos usos. Lo que yo entendía por no era querer lo material, sino que era ser consumista de bienes materiales. Ojalá podamos todos ser un poco más materialistas, así tendremos las posesiones que queremos y las cuidaremos como verdaderos tesoros materiales ya que aportan a nuestra vida felicidad o nos son útiles.
Poco a poco el término minimalismo me parecía cada vez menos ajeno y más atractivo.