El tiempo siguió pasando… muchos videos del método KonMari, y , sus libros, también pasaron, así como muchas notas, documentales y experiencias sobre minimalismo: casas, habitaciones, valijas, roperos, regalos y más. Muchas de las personas que miraba además de minimalistas compartían otra cosa: no comían carne, muchos eran vegetarianos o veganos. En algún momento de mayo o junio del 2017 decidí no comer más carne. Sinceramente, nunca había sido algo que me gustó mucho, pero siempre la comí porque “era buena y necesaria para mi salud”.
Toda esa gente me demostraba que era posible, que no necesitaba la carne para estar saludable y cubrir las necesidades biológicas de mi cuerpo. Así que de un día para el otro dejé de comer carne. Leche concretamente no estaba consumiendo, pero sí consumía quesos y también huevo (en ese entonces si recuerdo bien desayunaba banana, un huevo a la sartén y pan para acompañar). Poco a poco la semilla del veganismo se iba plantando en mí y pensaba “en algún momento dejaré todos los productos de origen animal”, no sabía si sería en una semana, meses o años, pero tenía la certeza de que eso pasaría.